El oído juega un papel fundamental en nuestra vida, por ello es vital cuidar nuestra salud auditiva para evitar sufrir una pérdida auditiva, que en ocasiones se hace efectiva de forma prematura. La pérdida de audición afecta directamente a la comunicación, lo que puede dar lugar a un aislamiento social, haciendo a la persona más vulnerable.
Para tratar de detectar la pérdida auditiva prematura, se recomienda acudir a revisiones periódicas con especialistas de la audición, en las que se realizan una serie de pruebas que dependen de las necesidades de cada paciente.
Una de las pruebas que se realiza para evaluar la condición del oído medio, la movilidad del tímpano y los huesecillos conductores del oído es la timpanometría. Este examen se lleva a cabo creando variaciones de presión de aire en el canal auditivo. Asimismo, debe realizarse y analizarse en conjunto con una audiometría.
No se trata de una prueba de audición común, es decir, los resultados no analizan la capacidad auditiva. Sino que se utiliza como una medida de la transmisión a través del oído.
¿Para qué realizamos una timpanometría?
El objetivo principal de la timpanometría es detectar alteraciones en el oído medio, como pueden ser la otitis infecciosa, la perforación timpánica, tumores, enfermedades de los huesos de conducción del oído medio o alteraciones congénitas. De la misma manera, se pretende determinar si se está produciendo o no alguna pérdida auditiva sensorial.
Los resultados que se obtienen demuestran la reacción que tiene el oído ante estímulos que se realizan durante la prueba a través de la presión del aire y, a partir de estos datos, los especialistas toman acciones y decisiones para combatir los síntomas que pueda presentar el paciente.
Gracias a esta prueba, podemos reducir los problemas de oído de acuerdo con las capacidades sensoriales y del propio órgano. Sin embargo, es importante resaltar que, tras la prueba, el paciente puede notar molestias a consecuencia de la presión que puede sentirse parecido a la molestia causada por los cambios de presión en los aviones.
Estas molestias deben desaparecer, como máximo, en un par de días y, en caso de no desaparecer, es importante notificarlo al especialista lo antes posible.
¿Cómo se realiza una timpanometría?
A pesar de las molestias comentadas anteriormente, es importante recalcar que se trata de una prueba completamente indolora, en la que se pide al paciente que trate de no moverse, hablar o tragar, ya que puede afectar en la prueba y alterar los resultados de la misma.
Para realizar la prueba, el especialista introduce un dispositivo llamado timpanómetro en el canal auditivo, hasta conseguir un sellado hermético.
Esto provoca un cambio de presión del aire del interior del oído y hace que el tímpano se mueva de un lado a otro. Con ello, se puede observar cómo reacciona el oído al sonido y a los cambios de presión. Los diferentes resultados se representan en una gráfica llamada timpanograma.
Cuando se trata de un resultado normal, el timpanograma mostrará que no hay líquido en el oído medio, que el tímpano se ve liso, que hay una presión normal en el oído y un movimiento normal del tímpano y los huesos de conducción. Por lo contrario, en el caso de que los resultados indican una afección en el oído, el especialista podrá ver en la gráfica si hay una perforación de la membrana timpánica, una presión más alta de lo normal en el oído medio, la presencia de un tumor en el oído medio o bien falta de contacto entre los huesos de la conducción del oído. En caso de ser necesario, el especialista solicitará pruebas adicionales y citas de seguimiento.
Al tratarse de una prueba no invasiva y rápida, que dura entre 5 y 10 minutos, se puede realizar a cualquier edad, desde las primeras horas de nacimiento. Los niños son examinados exactamente de la misma manera que los adultos. No hay diferencias. Antes de comenzar el procedimiento, es importante explicarle al niño cómo debe comportarse y qué no hacer. No hay límite de edad para este procedimiento. No supone ninguna consecuencia negativa, no puede dañar el cuerpo y definitivamente no causa sensaciones dolorosas.
Esta prueba, en específico, necesita un equipo moderno, por lo tanto, debe hacerse en centros que cuenten con esta aparatología. Después de hacer la prueba, el médico le indicará el procedimiento a seguir.
Debido a que la pérdida de audición se produce de forma gradual, se recomienda realizar consultas auditivas de forma anual y, de esta forma, actuar lo antes posible en el caso de ser necesario. Si crees que tú o alguien cercano está perdiendo audición, o simplemente quieres saber cómo está tu salud auditiva, acude a tu centro auditivo más cercano y consulta con un especialista.