Los pacientes que padecen fonofobia sufren un miedo irracional a los sonidos fuertes y normalmente repentinos. No se trata, por lo tanto, de una enfermedad auditiva sino de un trastorno de ansiedad en el que aparecen el miedo y la angustia.
El término fonofobia procede del griego y etimológicamente proviene de 2 términos: fono (sonido) y fobia (miedo). Por lo tanto, la fonofobia, también conocida como ligirofobia, está más relacionada con la psicología que con la audición.
Este miedo a algunos ruidos también aparece cuando escuchamos estilos de música en los que se suceden silencios con sonidos repentinos muy fuertes. Las personas con fonofobia tienen un sobresalto al escuchar el cambio de frecuencia del sonido en algunas canciones.
Si bien, que nos asustemos con un sonido fuerte y repentino es normal, las personas fonofóbicas viven con miedo a que estos episodios se repitan con cierta frecuencia. También puede surgir el pánico a determinados aparatos que emitan sonidos fuertes como, por ejemplo, las alarmas.
Aunque se trata de un miedo bastante frecuente, como fobia no suele ser muy conocida ni tratada, ya que el paciente que la padece puede llevar una vida completamente normal.
Los síntomas de la fonofobia
La fonofobia suele compartir mucho de los síntomas con otros episodios de ansiedad:
- Miedo irracional a los ruidos fuertes
- Deseo repentino de huída
- Episodios de ataques de pánico
- Sudoración en exceso
- Alteración del ritmo cardíaco
- Náuseas y mareos que pueden ser ligeros o intensos
- Cambios repentinos de humor a causa del sonido inesperado
Tratamiento
Actualmente no existe un tratamiento específico que cure la fonofobia, pero sí existen diferentes terapias que ayudan a convivir con los síntomas asociados a este miedo.
Una de estas alternativas para mejorar la situación del paciente es la terapia de exposición que consiste en exponer al oído a ruidos fuertes progresivamente hasta que la hipersensibilidad disminuya
Otra terapia que se ha empleado con éxito es la cognitivo-conductual que consiste en facilitar al paciente herramientas que transformen sus pensamientos negativos en positivos para hacer frente a la ansiedad.
Ambas técnicas pueden combinarse con algunos fármacos, siempre bajo prescripción médica, para combatir los procesos de estrés.
La fonofobia no es hiperacusia
A diferencia de la fonofobia, la hiperacusia es la reacción a sonidos cotidianos que pueden ser puntualmente fuertes y viene determinada por el espectro y la intensidad del sonido. Aunque el origen de la hiperacusia no está muy claro, se sabe con certeza que no está relacionada con el umbral auditivo.
En algunas personas, las vías auditivas son más sensibles y es por ello que su capacidad de audición sufre más de lo habitual con sonidos estruendosos.
La fonofobia tampoco debe confundirse con la misofonía, es decir, con la sensibilidad selectiva a un sonido.
Ejemplos de ruidos que provocan fonofobia
Algunos de los sonidos que generan miedo a las personas fonofóbicas son:
- Petardos
- Explosiones de cohetes
- Explosiones de globos
- Alarma de incendios